Latinoamérica tiene los mayores indicadores de pérdida de biodiversidad en el mundo
Posted on septiembre, 09 2020
El Informe del Planeta Vivo de WWF, lanzado hoy, revela que la región presenta la mayor pérdida en mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces entre 1970 y 2016.
● El Informe del Planeta Vivo de WWF, lanzado hoy, revela que la región presenta la mayor pérdida en mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces entre 1970 y 2016.● El cambio de uso de suelo para producir alimentos es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad.
● La pandemia del COVID-19 pone en evidencia la relación entre la salud humana y la naturaleza, y la necesidad de transformar la manera como nos relacionamos con el planeta.
Bogotá, 9 de septiembre, 2020. Las poblaciones monitoreadas de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios han disminuido en 68% en promedio a nivel global. Así lo advierte el Informe Planeta Vivo de WWF en su edición 2020 presentado hoy en todo el mundo. El emblemático reporte advierte además que en América Latina el resultado es aún más impactante con una reducción en promedio del 94%. Desde los seres más diminutos hasta los más grandes del planeta, así como los suelos donde habitan, enfrentan un serio declive.
Este análisis se basa en el Índice del Planeta Vivo (IPV) que mide la abundancia de casi 21,000 poblaciones de mamíferos, aves, peces, reptiles y anfibios a nivel global. El IPV recoge estas tendencias poblacionales para calcular sus cambios porcentuales medios en términos de abundancia entre 1970 y 2016. Este año el IPV incluye casi 400 especies adicionales y 4.870 poblaciones más que el último Informe que se publicó en 2018, con una representación mejorada en la mayoría de las regiones y grupos taxonómicos, particularmente especies de anfibios.
El Informe destaca que el motor más relevante de la pérdida de biodiversidad en los sistemas terrestres es el cambio de uso de suelo, principalmente la conversión de hábitats nativos prístinos (bosques, praderas y manglares) en sistemas agrícolas, mientras que gran parte de los océanos ha sufrido sobrepesca.
“La conclusión es clara: la naturaleza está siendo transformada y destruida a una velocidad sin precedentes en la historia, con un costo muy alto para el bienestar del planeta y de la humanidad. La pérdida de biodiversidad es un auténtico reto para la economía, el desarrollo y la seguridad global”, indicó Roberto Troya, Director Regional de WWF para América Latina y el Caribe.
Gran parte de la disminución general del Índice Planeta Vivo de América Latina y el Caribe se encontró en las tendencias negativas de reptiles, anfibios y peces, grupos que se ven afectados por una variedad de amenazas. Para los reptiles, éstas incluyen el cambio de uso de suelo y la sobreexplotación. Los peces de agua dulce son los más afectados por la sobreexplotación y la fragmentación del hábitat debido al desarrollo de la energía hidroeléctrica, que se prevé represente un desafío aún mayor en el futuro. En tanto, para los anfibios, las enfermedades y la pérdida de hábitat son las mayores amenazas.
Cambio de uso de suelo, pérdida de plantas e insectos
De acuerdo con el Informe, en América Latina y el Caribe la pérdida de biodiversidad se debe en un 51.2% a los cambios de uso de suelo, incluyendo la pérdida de hábitat y la degradación de los suelos. Los cambios comunes son causados por la agricultura insostenible, la infraestructura, el crecimiento urbano, la producción de energía y la minería. Para los hábitats de agua dulce, la fragmentación de ríos y arroyos, así como la extracción de agua son amenazas comunes.
En este sentido, el reporte también destaca la relevancia del suelo como un componente crucial del entorno natural, cuyo papel vital para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de los que dependemos suele subestimarse. Se advierte que sin la biodiversidad del suelo los ecosistemas terrestres pueden colapsar, pues hasta el 90% de los organismos vivos de estos ecosistemas, pasan parte de su ciclo de vida en estos hábitats. La variedad de sus componentes, llenos de aire y agua, crea una increíble diversidad de hábitats que sustentan nuestra vida en el planeta.
“Además de la producción de alimentos, la biodiversidad del suelo proporciona una amplia gama de funciones y servicios de los ecosistemas, incluida la retención y purificación del agua, el ciclo de los nutrientes, la degradación de algunos contaminantes y la regulación de los gases de efecto invernadero, así como el mantenimiento de plantas y animales”, puntualizó Luis Germán Naranjo, Director de Conservación y Gobernanza de WWF Colombia.
El Informe previene que la pérdida de biodiversidad amenaza también la seguridad alimentaria por lo que urgen acciones para transformar nuestro sistema alimentario mundial. El gran reto consiste en modificar las prácticas agrícolas y pesqueras, buena parte de éstas insostenibles, en unas que produzcan la comida nutritiva que requerimos y protejan y conserven la biodiversidad. Para el caso de la agricultura esto significa la aplicación de prácticas agroecológicas, reducir el uso de químicos, fertilizantes y pesticidas así como proteger nuestros suelos y polinizadores.
También alerta sobre el creciente riesgo de extinción de especies vegetales. De hecho, la cantidad de estas especies extintas documentadas dobla la suma de mamíferos, aves y anfibios extintos. Se calcula que una de cada cinco especies vegetales (22%) se halla amenazada de extinción, en su mayoría en zonas tropicales. Su pérdida conlleva graves consecuencias, pues las plantas constituyen los pilares estructurales y ecológicos de virtualmente todos los ecosistemas terrestres.
Por otro lado, existen evidencias de un declive reciente y acelerado de la abundancia de insectos, de su diversidad y biomasa, particularmente en Europa Occidental y en Norteamérica. Dado que la agricultura intensiva empezó mucho antes en estas regiones, parece bastante probable que esta reducción haya sido ocasionada por perturbaciones antropogénicas como el cambio de usos del suelo y el uso de pesticidas y otros agroquímicos. En particular es de resaltar un notorio descenso de especies de polinizadores, tales como abejas y abejorros en Norteamérica.
Actualmente, la mayoría de los lugares sin huella humana se concentran en solo un puñado de países: Rusia, Canadá, Brasil y Australia. Ahí se encuentran las últimas zonas realmente vírgenes de nuestro planeta.
Planeta sano, gente sana
Los niveles actuales de impactos en el medio ambiente socavan la capacidad de los sistemas naturales para continuar beneficiando a la humanidad y también crean nuevas amenazas para la salud. Las contribuciones de la naturaleza a la salud son diversas, desde medicinas tradicionales y productos farmacéuticos derivados de plantas, hasta la filtración de agua por humedales. La pérdida de la naturaleza amenaza con desacelerar y, en algunos casos, revertir las tendencias positivas de salud y bienestar.
Ejemplo de ello es la reciente emergencia de enfermedades zoonóticas, provocadas en gran medida por la degradación medioambiental. La pandemia global de COVID-19 está causando un enorme sufrimiento humano y numerosos trastornos sociales y económicos. Si bien los orígenes exactos del coronavirus siguen siendo inciertos, hasta el 60% de las enfermedades infecciosas actuales proceden de animales, y casi las tres cuartas partes de éstas de animales silvestres.
“La pérdida de hábitats, la modificación de ambientes naturales y, en general, la pérdida de biodiversidad son factores que han propagado las enfermedades infecciosas emergentes. Las enfermedades que se originan en animales causan casi 3 millones de muertes cada año. Para prevenir futuras pandemias tenemos que cambiar y restaurar la relación de la humanidad con la naturaleza”, comentó María José Villanueva, Directora de Conservación de WWF México.
El Informe del Planeta Vivo concluye que a fin de revertir esta pérdida de biodiversidad, la conservación es fundamental pero no suficiente. Exige transformar los patrones de producción y consumo de alimentos, impulsar un modelo donde los límites del planeta sustenten las decisiones políticas y económicas, y emprender acciones que ayuden a detener los motores del cambio de uso de suelo, reducir los desechos y favorecer dietas más saludables y sostenibles.
Acerca de WWF
WWF es una de las organizaciones independientes de conservación más grandes y con mayor experiencia en el mundo. WWF nació en 1961 y es conocida por el símbolo del panda. Cuenta con una red mundial que trabaja en más de 100 países. Su misión es detener la degradación del ambiente natural del planeta y construir un futuro en el que los seres humanos vivan en armonía con la naturaleza, conservando la diversidad biológica mundial, asegurando que el uso de los recursos naturales renovables sea sostenible y promoviendo la reducción de la contaminación y del consumo desmedido. Para saber más visite: https://www.wwf.org.co/ y https://wwf.panda.org/
Para mayor información:
Viviana Londoño, Coordinadora de Incidencia y Opinión Pública, WWF Colombia
valondono@wwf.org.co 3003953177
Laura Campos Encinales, Oficial de Medios, WWF Colombia.
lcampos@wwf.org.co 3183706372
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