Posted on diciembre, 21 2020

Sin duda, nuestro trabajo con comunidades locales, los verdaderos guardianes de los territorios, ha sido transformado durante este año de pandemia. Pero hay una cosa que no ha cambiado, y es la prioridad que representa para nosotros acompañarles en la protección y manejo de sus territorios. Así que buscamos alternativas para continuar con los procesos de capacitación en áreas como el Piedemonte Andino Amazónico, un territorio de la Amazonia colombiana vital para la riqueza natural y cultural de la región.

En el departamento del Putumayo, desarrollamos el Programa Radial Huellas Ancestrales, un espacio para conocer más sobre los saberes tradicionales y la gobernanza de los pueblos Kichwa, Camëntsá, Inga, Quillasinga y Siona. También hicimos una cartilla digital y múltiples encuentros virtuales. Así, pudimos continuar con el Programa de Formación en Gobernanza Territorial Indígena (PFGTI), un diplomado que desde 2017 busca fortalecer a las comunidades indígenas de la Amazonia, para mejorar sus procesos de gobierno propio en sus territorios.

Encontramos oportunidades en los retos de la distancia para desarrollar nuevos mecanismos de formación y capacidades para la defensa de sus territorios. Gracias a esta iniciativa apoyada por la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo y la Iniciativa Internacional de Clima y Bosques de Noruega (NORAD), varias organizaciones indígenas e instituciones de la región -aproximadamente 30 jóvenes, abuelos, mujeres y hombres de las etnias Ihwa, Camëntsä, Inga, Quillasinga y Siona- participaron en las capacitaciones este año.

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De manera paralela, en el Distrito de Conservación de Suelos y Aguas del Caquetá (DCSAC), un área protegida clave para la conexión de los bosques de los Andes y la Amazonia, también desarrollamos un proceso de capacitación similar.

Esta vez, herramientas virtuales como Zoom fueron las mejores aliadas y durante 4 meses, sirvieron para que 30 líderes locales pudieran capacitarse en temas de gobernanza territorial, con el fin de defender sus territorios de la deforestación, una problemática que amenaza la mayoría de los bosques del Caquetá, el departamento con mayor deforestación en el país, según cifras oficiales.

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Esta iniciativa, apoyada por Fondo Patrimonio Mundial tuvo grandes resultados. Entre estos, varias propuestas de incidencia para la conservación y manejo sostenible del territorio, el desarrollo de una siembratón para restaurar las áreas degradadas, y una propuesta de restauración que apoya 11 iniciativas comunitarias sobre restauración ecológica, restauración y el fortalecimiento de algunos viveros.