Fortaleciendo la gobernanza en el Piedemonte Andino-Amazónico para conservar el territorio
Posted on diciembre, 13 2020
En medio de la pandemia por COVID-19, integrantes de comunidades en la región participaron en capacitaciones virtuales, realizadas por WWF y el Fondo Patrimonio Natural, para fortalecer los procesos de gobernanza y proteger los bosques y ríos de la región.
En medio de la pandemia por COVID-19, integrantes de comunidades en la región participaron en capacitaciones virtuales, realizadas por WWF y el Fondo Patrimonio Natural, para fortalecer los procesos de gobernanza y proteger los bosques y ríos de la región.En el Piedemonte Andino-Amazónico existe un área protegida vital para la región. Se trata del Distrito de Conservación de Suelos y Aguas del Caquetá (DCSAC, por su sigla en español), un territorio con más de 300.000 hectáreas, clave en la conexión de los bosques de los Andes y la Amazonia y hogar de especies emblemáticas como el oso andino y el jaguar. Para seguir cuidando este territorio, 30 líderes comunitarios se capacitaron en temas de gobernanza territorial, apoyados por el Fondo Patrimonio Natural y WWF Colombia.
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Las capacitaciones, que a comienzo del año estaban previstas en modalidad presencial, tuvieron que ajustarse al mundo virtual. Así, durante 4 meses, líderes locales y participantes de diferentes organizaciones se reunieron todos los viernes por medio de la plataforma Zoom, para aprender sobre gobernanza territorial y, de esta manera, tener más herramientas para que su participación en la conservación de la riqueza natural del territorio sea más efectiva.
Para el desarrollo de los talleres virtuales se modificó también la agenda y el contenido de los espacios, lo que permitió integrar nuevos espacios de reflexión colectiva sobre la pandemia, sus impactos en los recursos naturales y las nuevas alternativas que podrían implementarse para proteger la naturaleza en el contexto actual. “Con estos ejercicios y en estos meses de encuentro entendimos que la gente es la que debe gestionar sus propias iniciativas a partir de su interés en buscar soluciones a sus propios problemas. Finalmente, es la gente la que se empodera y desarrolla esas iniciativas”, explicó Carmen Candelo, Asesora de Gobernanza y Medios de Vida Sostenible en WWF Colombia.
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A pesar de las dificultades de conexión y algunas fallas en el servicio de energía durante el proceso, los logros alcanzados han demostrado que, aún en la distancia, las comunidades locales e instituciones pueden seguir trabajando juntas por los bosques del país.
Entre los resultados más destacados están las propuestas de incidencia para la conservación y manejo sostenible del territorio. Algunas de éstas son la campaña “La siembratón de árboles de la Amazonia”, para restaurar las áreas degradadas del territorio; los documentos de propuestas de acuerdo al Concejo Municipal para cada uno de los 9 municipios que integran el DCSAC, y el plan de fortalecimiento de capacidades. Asimismo, de estos espacios virtuales, surgió una propuesta de restauración que apoya 11 iniciativas comunitarias sobre restauración ecológica, restauración activa, restauración pasiva y el fortalecimiento de algunos viveros.
Algunas de las reflexiones surgidas en el proceso fueron expuestas en el Foro: La Naturaleza y el Bienestar en Tiempos de Recuperación. Éste fue un espacio virtual realizado a principios de octubre y organizado por WWF y el Fondo Patrimonio Natural, en el que los participantes del proceso y algunos expertos en temas ambientales se reunieron para conversar sobre cómo la naturaleza nos brinda herramientas para promover el bienestar de las comunidades en estos tiempos de recuperación tras la pandemia generada por el COVID-19.
Estas iniciativas hacen parte del esfuerzo para enfrentar la deforestación del Distrito, un problema que aumenta a gran velocidad debido a factores como el crecimiento de la frontera agropecuaria, la ganadería extensiva y los conflictos sociopolíticos del territorio. La amenaza es tal que Caquetá, la capital del departamento donde se ubica el DCSAC, es el departamento con más pérdida de bosque en el país, según cifras oficiales.
Asimismo, este tipo de procesos buscan conservar el Piedemonte Andino-Amazónico, una zona ecológica prioritaria para Colombia por su riqueza natural y cultural, pues sus 1’468.000 hectáreas resguardan más de 900 especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios, y han sido durante décadas el hogar de comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes del país.
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