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A continuación se presentan algunos logros y avances en el proceso de la ordenación pesquera para el uso sostenible de los recursos pesqueros y el fortalecimiento de la pesca artesanal en el Pacífico colombiano. Estos han sido posibles gracias al convenio 307 de 2019 entre la AUNAP y WWF.
¿De qué trata la Ordenación Pesquera?
Se trata de una serie de normas y recursos que se establecen en un periodo de tiempo para regular las actividades pesqueras; con el fin de asegurar el mantenimiento de los recursos a largo plazo. En Colombia, la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca, AUNAP, que tiene como misión ejecutar la política pesquera y de la acuicultura en el territorio colombiano con fines de investigación, ordenamiento, administración, control y vigilancia de los recursos pesqueros, y de impulso de la acuicultura propendiendo por el desarrollo productivo y progreso social.
El Pacífico colombiano no solo es una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta, sino que es considerada por WWF como uno de los 17 sitios prioritarios para la conservación en el mundo. Sus selvas húmedas tropicales, ríos caudalosos, extensos manglares, especies de fauna y flora endémicas, fauna marina, abundancia pesquera y herencia cultural lo convierten en un tesoro natural único para los colombianos. En la actualidad, en esta zona se llevan a cabo diversos procesos que se han construido de forma participativa con los actores involucrados en la cadena de la pesca: pescadores artesanales e industriales, consejos comunitarios, entidades públicas y privadas, universidades, institutos de investigación, entre otros.
Estas son algunas de las medidas de ordenación que se proponen para garantizar la conservación de las especies y los ecosistemas marinos, así como la seguridad alimentaria de las comunidades de pescadores y sus familias:
1.Establecer tallas mínimas de captura.
2.Reglamentar artes y métodos de pesca.
3.Fortalecer medidas existentes como la veda de camarón.
Es una figura de ordenamiento pesquero que permite administrar la pesca artesanal y deportiva. Además, prohíbe la pesca industrial, comercial y exploratoria, el uso de arpón ejercido por buzos con equipo autónomo y semiautónomo con fines comerciales y la utilización de artes de pesca como redes de cerco, de arrastre y de enmalle. En Colombia, se instaló en 2008 como un proyecto piloto por un año entre Bahía Solano y los límites con Panamá. Desde 2013, la AUNAP amplió el área de la ZEPA hasta el límite norte del Parque Nacional Natural Utría de forma definitiva.
Esta figura Incluye mecanismos de control para el acceso a la zona de pesca de alto impacto, como lo es la pesca industrial de atún. Hoy se prohibe la pesca de atún por parte de buques de bandera colombiana o extranjera con capacidad igual o mayor a 108 toneladas, y la pesca con palangre, o long line, a embarcaciones con un largo mayor o igual a 24 metros. En el Pacífico, se extiende desde la frontera con Panamá hasta el límite norte del PNN Utría, entre los municipios de Juradó y Bahía Solano.
Es una herramienta que especifica cómo ordenar y administrar la actividad pesquera a corto y largo plazo.
Involucra acciones como:
Delimitar de manera clara y precisa un área geográfica.
Construir de manera participativa, incluyendo a comunidades y autoridades, las reglas para el ordenamiento y manejo de la zona.
Divulgar las medidas de regulación entre las comunidades pesqueras.
Establecer mecanismos de articulación y coordinación con instituciones públicas para cumplir los objetivos declarados.
Plantear objetivos específicos que contemplen métodos de conservación, manejo de ecosistemas y administración de recursos para garantizar su uso sostenible y el bienestar comunitario. Recopilar información acerca de la pesquería en relación con las dinámicas socioculturales, económico y natural de una zona.
En Colombia, la pesca deportiva constituye una excelente forma de recreación en ambas costas y contribuye al desarrollo socio-económico de las zonas donde se practica. En nuestra costa Pacífica, especies como peces vela, marlín, dorados, atunes, pargos, sierras, jureles y gallos, atraen a los amantes de esta actividad, quienes deben implementar buenas prácticas para la conservación de los ecosistemas marinos como: atrapar y liberar a las especies con el menor impacto posible y usar los anzuelos y el equipo adecuado.
La Aunap es la encargada de establecer los criterios generales para ejercer esta actividad en el territorio nacional con el fin de conservar los recursos pesqueros. La regulación de artes, aparejos, métodos, zonas, temporadas de pesca y de especies, entre otros, dependen de las medidas establecidas por esta institución (resolución 0819 de 2019).
Para garantizar esta protección, WWF y la AUNAP trabajan de manera conjunta (mediante el convenio 307/19) en la formulación de un plan que permita la regulación de esta actividad; el convenio involucra, por supuesto, a los pescadores deportivos, capitanes y operadores que hacen parte de la cadena de la cadena de esta actividad.
Una década de esfuerzos que se reflejan en la ZEPA
Ordenación pesquera, una construcción conjunta
Entidades territoriales y autoridades ambientales, de la mano de actores como los consejos comunitarios, la Armada Nacional de Colombia y ONGS, y el liderazgo de la AUNAP, han construido los lineamientos de ordenación pesquera en el Bajo Baudó, en el área protegida de Cabo Manglares, Bajo Mira y Frontera (declarada bajo la categoría de Distrito Nacional de Manejo Integrado).
Mejores prácticas pesqueras
Un beneficio nunca antes visto para las platoneras: en enero de 2020, 105 platoneras, mujeres dedicadas a vender pescado y camarón en la plaza de mercado de esta ciudad, recibieron un capital semilla para invertir en productos pesqueros durante la veda de camarón. Así, enfrentan las dificultades económicas que les trae esta temporada.
La Piangua, valioso para el Pacífico
Una actividad recreativa que también debe ser regulada