¿Quieres aprender a compostar? Así lo están haciendo en Bucaramanga
Posted on mayo, 24 2022
El colapso de los rellenos sanitarios, o sitios de disposición final, es una realidad en muchos municipios de Colombia. ¡No les cabe más! Es por eso que muchas personas han decidido liderar un cambio y se han unido en torno a las pacas biodigestoras, una alternativa que motiva el encuentro ciudadano y sensibiliza sobre la generación de residuos de manera efectiva.
Cada semana Paquerxs Bucaramanga reúne grupos de hasta 12 personas para realizar pacas de manera comunitaria. ©Haiddy Durán
Hay muchos conflictos asociados a los rellenos sanitarios, como el arrasamiento de bosques para su ampliación, la contaminación de quebradas, la presencia de vectores, olores desagradables, en fin, una lista que todos quisieramos detener. A su vez, las acciones a pequeña escala demuestran el valor de la participación ciudadana.
Sebatián Valderrama, un líder ciudadano bumangués afirma que “debemos dejar de entregarle nuestros residuos a otros, para empezar a hacer algo inteligente con ellos”. Él es economista y encontró en los proyectos ecológicos un camino de crecimiento personal y de contribución a la ciudad. Actualmente hace parte del movimiento Paquerxs Bucaramanga, desde donde impulsan las pacas biodigestoras.
La paca biodigestora fue diseñada por Guillermo Silva, un paisa que por 20 años trabajó en este modelo inspirado por los bosques, donde siempre hay residuos, pero no huele mal.
Para Sebastián esto es más que compostaje, pues es evidente el tejido social. Ahora los vecinos se unen por una razón local, sana y divertida. En Bucaramanga han realizado 62 pacas y han establecido dos puntos fijos donde disponen residuos semanalmente, en el Parque La Flora y en el Parque Lineal La Choncha Acústica.
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¿Cuáles son los materiales y herramientas necesarios?
Se requiere un molde que puede ser en madera de al menos 1x1m, en el que se llegan a depositar hasta 500 kilos de residuos en un solo montaje (se recomienda una relación de 250 kilos de orgánicos y 250 kilos de hojarasca). Para la base de la paca se utilizan palos o ramas. También se requiere de una pala y una tabla para compactar, además del uso de elementos de protección personal como zapatos cerrados, guantes, lentes y
mascarilla.
Pero sobre todo, para empezar se necesita “consciencia sobre el cuidado del planeta y de cómo cuidarnos”, dice Ana Trujillo, una socióloga de este movimiento que dispuso su casa como punto paquero.
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El proceso es muy sencillo
Todo inicia en los hogares y negocios, donde separan sus residuos orgánicos en baldes cubiertos y regulan la humedad con papel periódico o aserrín. Luego viene el encuentro y los parqueros recomiendan Whatsapp como el mejor canal para coordinar la actividad y motivar la participación de muchas personas.
Al llegar al punto de encuentro, se ubica el molde y se monta una base de palos ubicados horizontalmente hacia el mismo sentido. Después se coloca una cobertura de hojarasca, con una forma de nido en donde se deposita la primera porción de residuos orgánicos.
Posteriormente se agrega hojarasca, que debe ser compactada y se repite el proceso hasta tres veces, dejando en la parte superior material vegetal (restos de poda, hojas y ramas).
Una paca tarda seis meses en descomponerse y durante el proceso se puede extraer abono.
Desde que empezó, este movimiento se mantiene activo y así han logrado una reducción total del envío de residuos orgánicos al relleno de parte de hogares y restaurantes, como es el caso del Restaurante Vegano La Jungla.
Ana Trujillo expresa que sería un gran logro que en cada barrio de la ciudad se replicara la paca biodigestora, porque es un modelo de educación ambiental participativa que demuestra que es posible aprovechar los residuos para generar más vida.