Posted on marzo, 24 2020

Desde los páramos en lo alto de la cordillera de los Andes, hasta el piedemonte, pasando por las sabanas y hasta llegar a los bosques que hacen la transición con la Amazonia, este territorio es el hogar de especies icónicas y personas con un gran arraigo cultural por su tierra. Pero, muchas de las actividades que hacemos en esta región están arriesgando su existencia:

1. La cuenca del Orinoco es la región con mayor actividad de exploración y explotación de petróleo y gas en el país. Esta actividad, si no es gestionada correctamente,  representa un riesgo frente a  salud del suelo y el agua.
2. En los bosques de las cuencas de los ríos Inírida, Ventuarí y Caura hay minas de oro, diamantes y coltán. La mayoría son ilegales, vierten mercurio al agua y producen sedimentos.
3. El comercio ilícito de flora y fauna es un problema que se presenta a lo largo de la cuenca del Orinoco.
4. La contaminación del suelo y del agua debido al uso indiscriminado de agroquímicos para la producción agrícola y forestal puede causar impactos negativos sobre la salud de los ecosistemas de la región, su flora y su fauna.
5. El 90% de los peces ornamentales que exporta Colombia provienen de la cuenca del Orinoco. Tanto estos, como los peces de consumo, están siendo sobreexplotados, generando una disminución en las poblaciones.
6. El crecimiento acelerado de los centros urbanos en la Orinoquia, principalmente en el piedemonte, ha llevado a un aumento desmedido de la demanda de servicios ecosistémicos, disminuyendo la capacidad de recuperación de los ecosistemas.
7. La construcción de vías y otra infraestructura no planificada tiene implicaciones en el flujo natural de los ríos y zonas inundables que se presenta en esta región.
8. La región de la Orinoquía concentra el 6,1% de la superficie deforestada en 2018, siendo la tercera región a nivel nacional (Ideam, julio 2019).

Como ves, una amplia gama de actividades humanas y económicas podrían afectar seriamente la integridad la Orinoquia, si no se gestionan adecuadamente. Por eso, WWF Colombia trabaja en esta región buscando acuerdos que permitan conservarla.